Ayer, en una tarde de encuentro distendido, compartiendo una conversación, zumos y algo para picar con tres amigas, una de ellas decía que `algo propio de sí misma´ le molestaba pero “no puedo cambiarlo porque soy así».
Más allá de las respuestas que cada una de nosotras le ofreció de acuerdo a nuestras experiencias, me quedé pensando y aquí estoy, escribiendo sobre ello porque profesionalmente, me recordó a uno de mis primeros coachees quien, después de cuatro sesiones, dejó de venir. Pasado dos años de aquello, me llamó un día para volver a nuestros encuentros de coaching. ¿Que había cambiado en este tiempo? ¿Para qué decidía volver? Según él me explicó, volvió para enfrentarse con aquellas cosas de sí mismo que hoy siente necesidad de trabajar. Evidentemente, me alegró la confianza depositada en mi trabajo, y de acuerdo a la manera en que a mí me gusta desarrollar mi profesión, entre el coachee y el coach tiene primacía la relación de confianza y respeto recíproco.
Hoy (y no hace dos años) se siente preparado para trabajar sobre aquello que le hace ruido. Él estaba en la situación de “todavía” que plantea tan excelentemente Carol Dweck en ese creer que todavía es posible mejorar.
No todos tenemos la motivación necesaria para buscar o saber identificar las señales que me llevan a hacer un “click” en nuestras vidas respecto a aquella parte de nuestro pensar o actuar con la cual no nos identificamos, pero ¿cómo voy a modificarla?… ¡si soy así!
No es necesario que pase algo “trágico” para ser consciente de ello, ni lo que hoy me resuena tenga que ser bueno o malo, simplemente se deriva a que, a mi ser actual, esa forma de racionalizar o conducirme, no me llevan al lugar que espero alcanzar. Ahora bien, sí es una buena señal que cuando empiezo a darme cuenta de que quiero generar un cambio en mí y empiezo a buscar el cómo puedo hacerlo, cómo puedo generar ese cambio que hoy necesito.
Creo en la idea de que cada persona es libre de elegir los mecanismos o las vías que desee para poder estar bien consigo mismo, desde la meditación, el yoga, tomar clases de Tai Chi o de Chi Kung, leer libros o ver videos motivacionales… cualquiera sea la actividad que se opte para conocer herramientas, a través de una persona objetiva y profesional, que me ayuden a trabajar en esa transformación que busco. Soy oriunda de un país donde la psicología es -¡por suerte!- moneda corriente y accesible, sin tabúes, ni sin pensar que porque consulto a un especialista en ésta ciencia, tengo un problema; afirmo, soy ferviente admiradora de cualquier profesión que me ayude a mejorar mi ser. Yo ofrezco el coaching ontológico porque lo aplico en mi vida y me sirve, siento que evoluciono como persona. Y también lo ofrezco como profesional, porque obtengo resultados satisfactorios en mis coachees, a través del proceso trabajado.
Cuando convierto ese “no puedo” en un “sí puedo”, cuando me fijo metas en sintonía a mis capacidades, aún a pesar de los propios miedos, los resultados pueden ser maravillosos. Pero cuando me fijo metas que no son reales , por ejemplo quiero formar parte del ballet Bolshoi de Moscú pero no sé bailar o no me interesa mudarme de país o simplemente no cumplo con las cualidades necesarias para para formar parte de la élite de la danza clásica y aún más, cuando éstas metas sólo cumplen los deseos de ‘otros’, la frase “lo intenté pero no puedo” se convierte en la mejor excusa para boicotearme y auto convencerme de que, efectivamente “no puedo”; entonces todo sigue igual, y yo sigo en mi zona de confort.
“La fuerza de voluntad es un músculo que se debe ejercitar, al igual que los músculos del cuerpo” – Lynn Jennings –
Si a esa toma de conciencia, a ese deseo de generar un cambio en algún aspecto de mi vida con el cual hoy no me identifico, le sumo la propia voluntad de querer convertir dicho deseo en acción, es decir, plantearme cómo puedo hacerlo, esto generará en consecuencia un proceso de trabajo que me permitirá llegar a lograr el objetivo planteado. Los resultados que obtenga de ello, serán tan satisfactorios que los podré sentir en todo mi cuerpo, mi pensamiento estará en un estado armónico. De lo contrario, si ese deseo no se traduce en acción, todo será un simple sueño y quedará allí.
¿Por qué hablo de proceso? Porque como toda nueva conducta o conocimiento que quiero incorporar en mi vida, no se obtiene de forma repentina, sino que lleva un tiempo de ejercicio, de repetición hasta lograrlo. Es un despertar cada día, reafirmando los nuevos pensamientos sobre los viejos, reeducar mi conducta constantemente, hasta que sean parte natural de mí.
Entonces no, no da lo mismo, no es igual pensar y decir “no puedo” “no quiero” “no lo necesito”. Todo empieza en mi cerebro, “cada vez que aprendemos un nuevo dato o habilidad, cambias tu cerebro; es lo que llamamos `neuroplasticidad´ (…) Estudien cómo y qué aprenden mejor, repitan esos comportamientos que son saludables para su cerebro y rompan esos con comportamientos y hábitos que no lo son. Practiquen.” maravilla con sus palabras la Dra. Lara Boyd, pero este tema lo seguiremos desarrollando en otro artículo.
Hay muchas cosas que quiero, pero no puedo hacer, por contraparte, hay muchas cosas que sí puedo, que si quiero y / o que si necesito hacer. Todas y cada una de ellas, dependen de mí.
Que lindo leerte siempre Geor. Disfruto y aprendo, en un hermoso recorrido lograr el verdadero autoconocimiento. Ser conscientes, transcender y aceptar, y por sobre todas las cosas saber disfrutar el proceso aunque a veces incómodo pero necesario para encontrarse a uno mismo.
Gracias por tan lindo relato.
Gracias a vos Lauri querida por compartir tu sentir y por las palabras que me dedicas ¡un besote!
Geor!!! Me encantó este articulo! Sos una profesional de lujo!
¡¡Muchas gracias Andre, por tus palabras, por seguir mi trabajo y permitirme aprender con vos!! ❣️
Me encantó! Me siento tan dichosa de conocerte!Te felicito, eres un ejemplo a seguir. Tienes en mí una admiradora.Un fuerte abrazo.
Muchas gracias por tus palabras ¡la admiración es reciproca! besote
A cada uno le hace «click» en un momento determinado… a veces tienes que pasar varias veces por lo mismo para «darte cuenta» que lo quieres o necesitas cambiar. Esa toma de consciencia es tan personal. Hasta al leer un libro, quizás cuando lo lees por primera vez te llega un determinado mensaje, y luego (cuando estás preparado para profundizar o abrir tu mente) lo vuelves a leer entiendes mas y mejor un concepto determinado: has tomado consciencia!! y se abre un mundo de infinitas posibilidades!
GRACIAS! muy lindo Artículo!!
Tuvo que pasarme algo importante, no tràgico, en mi vida para tomar la determinación de cambiar lo que quiero cambiar en mi. Lo estoy consiguiendo y te estoy agradecida por mostrarme lo que està en mi. Quiero,puedo y lo necesito.
Leer este articulo me estimuló para retomar una actividad que quiero y necesito hacer hace mucho… Era solo cuestión de mandar un mail, y siempre la idea de «mañana lo hago». Hoy lo mandé.
Dejar de posponer la vida…
Muchas gracias!!!
¡Qué bueno Mechy! Gracias a vos.
El primer síntoma de que algo no te resulta confortable o no es lo que uno quiere es ese «ruido» o «cosquilleo» interno que es como una alarma que te avisa que algo pasa, algo no te cierra, algo queres cambiar, y empezar a buscar caminos a la solución es el primer paso hacia la salida de tu zona de confort… el coaching te da muchas herramientas para recorrer ese camino y llegar a un mejor lugar, dentro y fuera tuyo!! Exitosss!!!!