Empieza la temporada de vacaciones (de verano en un lado del hemisferio, de invierno en el otro) y lo asocio a la siguiente pregunta: ¿Cómo invertimos nuestro tiempo libre? Ante la misma, lo primero que escucho es un resoplido acompañado de una frase generalmente utilizada alguna vez, y me jugaría a decir, por la mayoría de nosotros: «Uf, quien tuviera un minuto libre”.
No solo me refiero al poder beneficiarse un mes, diez días o los que fueran, sin la obligación de cumplir con nuestra rutina laboral o estudiantil; apunto también (y sobre todo) a esos cinco minutos diarios que podemos tener al elegir levantarnos más temprano o ser conscientes que en el trayecto al trabajo o saliendo de él, de la universidad, del colegio o del club (la lista podría ser interminable…) al ducharnos, o -quizás- en alguno de los horarios de las comidas diarias, podemos disponer de un momento propio .Y es al pensar en la existencia de estas situaciones simples y cotidianas cuando me cuestiono: ¿Sabemos disfrutarlo? ya sea tarareando una canción que nos alegra, leyendo o teniendo un diálogo con nosotros mismos, asumiendo el riesgo de ser tildados de locos si lo hacemos en voz alta, con el único objetivo de sentirnos, sentirme como persona.
¿Somos capaces de conectar con nuestro ser? ¿Sabemos distendernos, contemplar nuestro alrededor y gozar con ello? ¿Somos capaces de hacerlo sin culpas, sin preocupaciones, sin buscar otras distracciones?… Solo regalarnos un tiempo “para mi yo”, no desde el ego, sino desde el amor propio, con el mismo cariño que le dedicamos un mensaje, una llamada telefónica, un café o una copa de vino a un ser querido y que lleva implícito un ¿cómo estás?.
Es una sana inversión el buscar un instante diario para conexionar con nuestros sentimientos, con aquello que nos está pasando hoy, con lo que nos genera paz y armonía. Valorar, abrazar y buscar los mismos sin necesidad de esperar a que lleguen las vacaciones para creer que «solo si salimos de casa», podemos desconectar de nuestra rutina (y también de lo que sentimos o ya no sentimos).
Viajar es una gran apuesta. Moverse, adentrarse, curiosear, probar, experimentar, conocer… ¿Y si empezamos un viaje hacia nuestro interior?
Es sumamente importante y beneficioso para cualquier persona poder aplicar estos 5 minutos de recreo de la vida cotidiana. Me alegro de leer estas palabras!
Muchas gracias por compartir tu opinión al respecto y a mantener o aplicar éste ritual de 5 minutos propios Esteban querido!
Buenísima reflexión!
es muy importante darnos un espacio, unos minutos para nosotros! Cuando la rutina «no nos deja bajarnos»… respirar y otorgarnos ese ratito para poder cargar las pilas… desconectar para conectar con nosotros mismos!
Gracias Georgina! me lo aplico, necesito ese momento para mi! 😉
Debemos generar conciencia para gozar de la calidad de vida. Este post lo consiguió. Gracias!!!
Gracias a vos, Luchi querida!!!
Me encantó!! Muy interesante. Encontrarse con uno mismo 5 minutos al día. Un ejercicio sin esfuerzo y muy gratificante… gracias Georgina!! ?
Que buen artículo!
Gracias por compartir «tips» de cómo podemos conectar con nosotrxs mismxs.
A veces lo que queremos es desconectar de TODO cuando surgen estos 5 minutos libres, sin pensar que nuestro cuerpo es el tiempo que nos permite hacer lo que nos proponemos, y que él se merece ese cachito de atención 🙂
Excelente reflexion a la que adhiero absolutamente. Creo que celebrar nuestra existencia con todo lo que implica…alegrias , amores, encuentros, desencuentros e incluso, dolores… es una manera de honrarla y de honrar a los que existieron para que uno este hoy, aqui y ahora. Es para mi un reto y un desafio diario tenerlo presente… en esta actualidad tan precipitada que todos vivimos. <3
Bellisima la foto que ilustra la nota.