Hace unos meses, tuve la suerte de visitar la hermosa ciudad italiana de Verona, elegimos pasar por allí, evidentemente para conocer el lugar donde en teoría (ya que `in situ´ cuentan que es otra ciudad de Italia la que inspiró esta tragedia romántica) se desarrolla la universalmente conocida obra de Shakespeare “Romeo y Julieta”. Para cuando llegamos al “balcón de Julieta”, me sorprendí además de con la multitud de personas que fueron dejando sus notas de enamorados pegadas con chicles en las paredes del pasillo que hay que atravesar para llegar hasta allí, con los innumerables candados cómo “muestra de amor” que se compran en la tienda de souvenirs de allí, donde sin embargo, no se vende ni un ejemplar del libro que relata esta reconocida historia de amor.
Estando allí comencé a cuestionarme sobre muchas ideas o creencias diarias respecto al amor, especialmente sobre qué cultura de amor estamos creando. Y a partir de ahí siguieron otras preguntas: ¿Qué imagen de relación estamos buscando de acuerdo a lo que nos dicen qué tiene que ser? Y además ¿Cómo es posible que un candado represente la perpetuidad del vínculo?
Sin tener la intención de meterme en lo que esto supone a nivel urbanístico, sí quiero dar mi punto de vista profesional sobre lo que simboliza a nivel emocional, aún conociendo la triste historia serbia que inspira esta moda de los candados.
No creo que un candado cumpla la función de conservar el amor. Si miramos más allá, un candado lo que permite es la prohibición del ingreso o salida a excepción de para quien tiene la llave, que puede hacerlo cuando quiera o disponga. ¿Es así como planteo una relación de amor, reteneniendome a mi o a la otra persona? En vez de elaborarla en la libertad de poder elegirnos porque queremos compartir, construir, acompañarnos… y no sólo para matar la rutina o por cumplir condicionamientos sociales, sino porque queremos disfrutar de una relación de amor juntos.
¿Qué tiene que ver todo esto con el coaching?
Mucho, el amor es el motor imprescindible para el desarrollo humano. Mi bienestar personal, el conocerme, aceptarme y respetarme, me permite elegir la clase de vínculos que quiero crear, la calidad de éstos vínculos estará ligada a lo que yo considero que me merezco y desee formar, de acuerdo a quien soy y a mis valores, sin importarme lo que el entorno espera de mi, ya sea por mi edad, por mi género, por mi condición laboral y un sinfín de requisitos existentes… Sin conformarme con “es lo que hay” porque el ritmo de la vida actual nos exige tener parejas desechables. O porque mi ego no me permite luchar por lo que considero amor, porque eso es cursi, pasado de moda y solo le ocurre a algunos personajes de Jane Austen, Emily Brontë, Cristina Bajo, Nicholas Sparks o Florencia Bonelli (sí, soy una gran aficionada a las novelas románticas) entre muchos otros autores.
Desde el coaching podemos derribar esas creencias y pelear por la persona que elijo ser y desde ahí, con las relaciones que quiero generar, mantener o finalizar.
Yo creo en el amor de pareja, no para pasar las horas sino para compartir calidad de tiempo, risas y tristezas, para apoyarnos, cuidarnos y generar esos gestos que hacen al día a día. Para elegir sin falsas promesas, sino con la libertad y certeza, de que sola/o soy feliz y me siento completa/o de esa manera. Y cuando me enamoro elijo compartir mis días; siendo plenamente consciente de, también, la vulnerabilidad y el riesgo que conlleva sentir y expresar el amor, jugarme y vivirlo.
Entonces, en este 14 de febrero “Día de los enamorados”, que puede ser para algunos tan romántico y especial, comercial para otros, pero seguramente no resulta indiferente a nadie, les dejo algunas preguntas ¿Me abro al amor romántico? ¿En qué clase de relación estoy? ¿Es lo que yo quiero? ¿Qué busco o espero en una relación de amor?
Y para finalizar, comparto un poema de John Lennon:
“Nos hicieron creer que el ‘gran amor’, sólo sucede una vez, generalmente antes de los 30 años. No nos contaron que el amor no es accionado, ni llega en un momento determinado. Nos hicieron creer que cada uno de nosotros es la mitad de una naranja, y que la vida sólo tiene sentido cuando encontramos la otra mitad. No nos contaron que ya nacemos enteros, que nadie en nuestra vida merece cargar en las espaldas, la responsabilidad de completar lo que nos falta.
Las personas crecen a través de la gente. Si estamos en buena compañía, es más agradable.
Nos hicieron creer en una fórmula llamada ‘dos en uno’: dos personas pensando igual, actuando igual, que era eso lo que funcionaba. No nos contaron que eso tiene nombre: anulación. Que sólo siendo individuos con personalidad propia, podremos tener una relación saludable.
Nos hicieron creer que el casamiento es obligatorio y que los deseos fuera de término, deben ser reprimidos. Nos hicieron creer que los lindos y flacos son más amados.
Nos hicieron creer que sólo hay una fórmula para ser feliz, la misma para todos, y los que escapan de ella están condenados a la marginalidad. No nos contaron que estas fórmulas son equivocadas, frustran a las personas, son alienantes, y que podemos intentar otras alternativas. Ah, tampoco nos dijeron que nadie nos iba a decir todo esto.
Cada uno lo va a tener que descubrir solo. Y ahí, cuando estés muy ‘enamorado de tí mismo, vas a poder ser muy feliz y te vas a enamorar de alguien’.
Vivimos en un mundo donde nos escondemos para hacer el amor… …aunque la violencia se practica a plena luz del día.”
Excelente Geor!!!!no puede ser de otra manera viniendo de vos!!!!me alegra que alguien a quien quiero tanto nos haga repensar lo que culturalmente nos han metido en la cabeza!!!
¡Gracias por tus palabras Nilda querida!
Que bueno releer el articulo!!!….»Yo creo en el amor de pareja, no para pasar las horas sino para compartir calidad de tiempo, risas y tristezas, para apoyarnos, cuidarnos y generar esos gestos que hacen al día a día.»..mejor definición imposible!!!!…A no perder el rumbo!
¡Gracias por tu comentario July! a ser fiel a una misma 😉
Excelentes palabras Geor.. recibir las preguntas justas nos ofrece mucho más que recibir sus respuestas… Gracias por compartirlas!
¡Muchas gracias Franco por lo que expresas! Creo que a veces, tenemos que estar abiertos a hacernos o recibir esas preguntas. Un beso
Hermosa reflexión Geor! El verdadero trabajo es con una misma… Cuanto por desaprender, desarmar y desestructurar! Vale mucho la pena soltar los lastres para disfrutar del vuelo!!
Gracias
¡Gracias a vos Carla por compartir tu sentir al respecto! Creo que vale mucho bienestar personal el desarmar y rearmar nuestras estructuras, las veces que nos hagan falta! un beso
buenísimo artículo! Comparto tus palabras! Creo en la libertad del amor y no el aferrar o atrapar a la otra persona con un candado. Y ni hablar del sentido comercial de todo…
“ El amor os hará libres”
Hermoso! Creo que para ser felíz es necesario preguntarse siempre que tipo de relacion queremos. Y romper o repreguntarse los estereotipos y paradigmas. En esa busqueda estoy también. Muchas Gracias Geor!!!
Hermosas palabras geor!!!! Y cuanta verdad en ellas… Besos enormes
Muy lindo, muy certero y muy digno de compartir y difundir!
Gracias Ana!
Excelente Geor!
Gracias Vero!
Cuántas cosas nos han hecho creer, como que el candado simboliza el amor. Si, gracias por darnos un nuevo punto de vista y liberarnos!
Gracias a vos!!!
Ay querida amiga q bello artículo…
¡Me alegra mucho te guste!
El amor es el motor de la vida, no mueve, nos lleva, nos trae, nos cambia, nos mejora! Viva el amor y el saber que cada persona es una naranja entera!!! ???
¡¡ Claro que si, a sentirlo y vivirlo!!