Soy una convencida de que todos tenemos la capacidad de aprender y desaprender cuando nuestro conocimiento, en el aquí y ahora, no nos permite avanzar o sentirnos en armonía con nosotros mismos.
No hace falta ser un deportista de élite para saber parar la pelota a tiempo y mirarme, mirar a mi alrededor: ¿Es aquí donde quiero estar? ¿Qué hago para llegar a mi objetivo?
Para resolver estas preguntas, es importante que la persona se sienta cómoda, en un entorno de confianza y libertad, afín a su búsqueda, ya que las respuestas irán surgiendo de sí misma a lo largo del descubrimiento que se realice por medio de las diversas sesiones y dinámicas.
Siempre es necesario una acción para lograr el objetivo planteado. Así, como coach dedicada a la capacitación y entrenamiento de personas y equipos de trabajo, considero que es por medio del proceso de aprendizaje donde ésto se consigue, creando una relación de confianza y respeto mutuo con el coachee.
Trabajo con personas que abarcan un amplio abanico de edades y situaciones, tanto con estudiantes, con empresarios, profesionales independientes y/o en relación de dependencia, con personas que laboralmente tienen un nuevo rol dentro de sus empresas, como con deportistas, equipos y formadores dentro de este gran ámbito.
¿Qué tienen en común?
La actitud positiva con la que quieren empezar cada mañana, la fuerza interior para sobrellevar los resultados adversos que se presenten, mente clara, corazón latiendo fuertemente … Cada día puede ser el mejor partido de tu vida.
Con esto, no quiero decir que será siempre fácil o cómodo trabajar en el procedimiento, pero sí necesario para poder disfrutar del resultado que se alcance. Esto implica salir de nuestra forma habitual de pensar, actuar y sentir para acercarnos a las metas planteadas.
El coaching es un proceso dinámico e interactivo de aprendizaje, que se desarrolla a través de conversaciones en el que el coach asiste a una persona, o a un grupo de ellas (llamadas coachee/s) en el camino a transitar desde su situación inicial hacia donde se propone llegar, y puede ser aplicado en diversos ámbitos: personal, laboral, deportivo…
Entre el coach y el coachee existe una relación de confianza, respeto y confidencialidad para crear un ambiente cómodo de apertura y trabajo.
Entendemos al coaching como un proceso porque implica que el coachee adquiere, en su actuar continuo, la repetición de nuevos patrones y acciones hasta hacerlos propios, rompiendo con las creencias y los hábitos preexistentes. Igualmente es transformacional porque conlleva un cambio en el tipo de observador del mundo que cada persona es, para desde allí, crear nuevas posibilidades, pensar desde otro lugar, realizar acciones distintas y por consiguiente lograr un resultado diferente.
El coaching que realizo es en esencia ontológico, ya que considera a los seres humanos como seres lingüísticos y sociales, y es dentro del lenguaje donde se generan nuevas realidades. También integro en mis sesiones la orientación sistémica, en la cual la observación abarca tanto el lenguaje, como el estado emocional y corporal, entre otras cosas.